lunes, 26 de abril de 2010

un amor que vence a todo...

De la única forma posible que este drama podía terminar, con una despedida triste, pero muy romántica. Que cruel era el destino al separar dos almas gemelas.
Pero era necesario, aunque no lo mejor.
Un segundo transcurrido y millones de recuerdos, volando en mi mente, acercándose y alejándose.
Otro segundo mas, ya no logro visualizar su rostro, algo borroso, pero sigue presente.

Ya ha pasado una semana, mis labios se secan, al igual que mi corazón, eh logrado recordar su rostro, aunque nada fresco, pareciera una pintura que con los siglos va desgastándose.
Ya un mes, y sigo extrañándolo, cada segundo sin el es una daga a mi corazón, cada mañana que despierto, recuerdo el dulce aroma, que buscaba en su cuello, pero empiezo a ver que aun cuando regresara, el no estaría esperándome…



Han pasado 4 meses desde l ultima vez que lo vi, apenas y aguanto el dolor, que crece cada día mas que estoy sin el.







Ha pasado un año desde la ultima vez q lo vi, empiezo a asimilar q lo perdí, el no me ha buscado, y dudo que lo haga.
Extracto del diario de Catharin Brock.

Desde hace 70 años que no leía mi antiguo diario, no recordaba porque me separaron de él, todo empezó porque mi madre creía que el no era un buen partido para mi, y al enterarse que él tenia la intención de pedir mi mano, nos mudamos a otro continente, diría que eso fue algo exagerado, pero mis padres sabían que yo regresaría por el.
Desde ese día no volví a saber nada de él.
Es tarde, un miércoles como cualquier otro, donde sigo la rutina de todos los días, levantarme tarde, desayunar huevo y pan, ir al mercado, cocinar, ver tv, dormir, comer, tomar el te, y recibir el correo, para leerlo camino a la cama.
Ahora espero pacientemente a que den las siete de la noche, hora donde pasa el cartero. Ya son las siete y media y no hay señal de el, es algo extraño, siempre recibo cartas de mis admiradores.
Creo que olvide mencionarles que en mi tiempo fui una actriz de primera, lo tenía todo, así que hasta ahora sigo disfrutando de mi sueldo bien pagado.
Ya son las ocho, y ni rastro del cartero, probablemente llegue mañana.
Subo las escaleras a paso lento, y al llegar al segundo piso, se escucha una campanita,” el cartero”.
Bajo las escaleras, y ahí esta el cartero. El joven tan amable que camina medio kilometro, entrando al bosque, para dejar mis cartas en mi puerta.
Con su reluciente sonrisa me dice – muy buenas noches señorita Brock, traigo su correo, algo tarde porque el clima me hizo hacer unas paradas inesperadas pero…- sonreí – buenas noches julio, ¿cuantas veces mas te debo pedir que me llames Catherin?, deberías de dejar el correo en el buzón y mis empleados me lo traerán mañana. – Concluí – lo siento señorita catherin, pero me encanta ver su cara de felicidad al ver las cartas de sus fans-.
-Gracias julio, ¿cuantas cartas tengo hoy?, espero no mas de cinco ya estoy algo cansada – dije – solo son dos, una de parte de Albert Tregh, y una que no dice- ahh ese Albert tan amable como siempre, creo que ya tiene más de cien autógrafos, y aun así sigue pidiéndomelos-.
-Gracias de nuevo julio nos vemos mañana – y julio respondió- por supuesto señorita-.

Subí las escaleras lentamente, me puse mi pijama, me acurruque en mi cama, y abrí el primer sobre, y decía:
- Señorita Brock, quiero decirle que me encanta su actuación el al película “el olvido”, le mando una postal, con mi nueva dirección, esperando que la reenvíe autografiada, si no es mucha molestia. con amor su fan número uno. ( Albert Tregh )
Levante la mano y la dirigí hacia la estantería de junto a mi cama, tome un plumón y firme.
Cuando el sueño me empezaba a vencer, recordé el otro sobre, que por suerte tenia junto, justo sobre la almohada.
Cabe decir que el sobre estaba decolorado, y muy maltratado, seria porque por lo menos tenia 50 años.
Revisé la perfecta caligrafía de afuera del sobre, era hermosa, la cual se me hizo peculiarmente familiar, al abrir el sobre una ola de un sentimiento extraño, diría que era adrenalina, o tal vez solo era la emoción que tenia de saber de quien era la carta, hasta ahora, anónima.
Intente leer lo más lento que podía pero la emoción me ganaba y leí tan rápido, que no entendí nada, así que volví a leer lento y respetando signos de puntuación:
- Para mi amor Catherín:

Mi vida, quiero que sepas que desde el momento en el que me dijiste que te ibas, no pare de pensar en ti, no te preocupes por mi, yo ya se de tu nueva vida y no voy a interferir entre el y tu.
No tienes que darme explicaciones, tu madre ha ido a avisarme lo que pasaba y me dio tu recado, y quiero que sepas que aun que no me quieras volver a ver, seguiré amándote de por vida.
Quiero que seas feliz con él, es bueno saber que no me extrañas, ya que no sabría como calmar tu dolor.
Te amo mas que a nada pero si te vas por alejarte de mi te prometo no ir a buscarte.
Seria difícil seguir con mi vida, así que tu sabes cual es mi remedio… no me busques para detenerme… te amo.
Con mis mejores deseos:
John Braths.
Mi corazón latía a mil por hora.
John, mi madre, “él”… no comprendía nada, o si lo comprendía bastante bien, pero… ¿Por qué mi madre habría hecho semejante cosa?, ella mas que nadie sabia que nunca amaría a nadie mas que a él.
“él”… al que John se refería como el otro, nunca existió…la escapatoria de ¿JOHN? … “suicidio”
Mis ojos se llenaron de lágrimas, mi corazón latía muy fuerte, y entonces tan claro lo vi en mis ojos…
La escapatoria, tan fácil como eso… vi ha John parado junto a mi, y me dijo- no sabes con que ansia esperaba que te llegara mi carta, y con mas entusiasmo, el volver verte… llevo tanto esperándote…
Mi nuevo yo, joven y lo mas importante, junto a él… me vi recostada en mi cama inmóvil, y al ver que se asomaba una sonrisa, así que supe cual era mi camino, lo tome de la mano con fuerza, y lo abrace, desde ahí disfruto a su lado, ni el tiempo, ni la muerte nos separaron.